El Instituto de Biotecnología de Beijing y la compañía Cansino Biologics, que trabajan en conjunto para desarrollar una vacuna contra COVID-19, anunciaron los resultados de la fase I de la primera vacuna que se pone en marcha en el país asiático.
De acuerdo con un artículo publicado en la revista The Lancet, los 108 voluntarios que participaron en el experimento toleraron la vacuna, por lo que resultó segura, ademas de que permitió que crearan anticuerpos tipo T.
Los síntomas adversos que los participantes presentaron fueron dolor en el lugar de la inyección, fiebre, fatiga, dolor de cabeza y dolor muscular, pero en todos los casos, fue de gravedad leve o moderada.
Distintos tipos de anticuerpos aumentaron significativamente junto con la respuesta específica de las célula T, lo que significa que se crearon mecanismos de defensa ante la presencia de virus.
De acuerdo con el informe, los anticuerpos «aumentaron significativamente el día 14 y alcanzaron su punto máximo 28 días después de la vacunación», por lo que los resultados ameritan mayor investigación.
Los resultados aún no significan que la vacuna vaya a estar disponible, pero desde abril inició la Fase II, que incluye ensayos con 500 pacientes para especificar aún más la dosis adecuada para que proteja contra la infección de SARS-CoV-2, virus causante del COVID-19.
En esta segunda fase se incluirán por primera vez participantes de más de 60 años, el grupo de edad que ha resultado más afectado por la pandemia de COVID-19.
En el mundo se están impulsando más de 100 proyectos para la creación de una vacuna contra el SARS-CoV-2 y sus consecuencias médicas. Otro proyecto, estadounidense, planea iniciar pronto la fase III de una vacuna que, de funcionar, podría estar disponible para el otoño.