La crisis del agua en Tamaulipas ha alcanzado niveles críticos, afectando especialmente al sur del estado. Los principales cuerpos de agua están en sus niveles más bajos de la historia. En Tampico, Madero y Altamira, la situación es alarmante, con servicios intermitentes y bajas presiones.
La falta de lluvias durante ocho años consecutivos ha dejado los ríos y presas sin capacidad suficiente para abastecer a la población. La demanda de pipas de agua ha aumentado y las autoridades han suspendido el suministro a las industrias para priorizar los hogares.
Las presas Vicente Guerrero, Ramiro Caballero y Emilio Portes Gil están en niveles preocupantes, reflejando una sequía devastadora que afecta a toda la región.