Juan Antonio Contreras EspinozaESO ES TOÑO

Por Juan Antonio Contreras

Carta a un emprendedor

Hola, ¿cómo estás? ¿Cómo vas con la idea que tuviste el mes pasado? Esa que te daría el dinero suficiente para cumplir tus sueños y retirarte joven para viajar por el mundo. Seguramente ya tienes una mejor y dejaste la otra “a medios chiles” o capaz que ni la empezaste, como todo lo que se te ocurre.

A veces me pregunto si un día te animarás a hacer algo en verdad o sólo estás tirando piedras a la luna; ya te has inscrito a tres negocios de mercadeo en redes y ninguno te ha hecho rico como decías, bueno, tal vez es porque ni siquiera has continuado, capaz de que el primero era el bueno y fuiste tú el que falló, tal vez no hiciste lo que te recomendó el señor que vino a dar la conferencia a la que me invitaste en agosto del año pasado, se veía muy motivador el tipo y al parecer le iba muy bien en su red.

Te cuento que leí el libro que recomendó esa noche, me ha servido mucho, tanto en lo personal como en lo laboral, deberías aplicarlo, bueno, ojalá lo hayas leído, si no lo hiciste te lo presto para que lo leas.

Sabes que te aprecio mucho y quiero lo mejor para ti, pero ya necesitas dejar de hacer tantos planes y lanzarte a la acción, pienso que tu ego es tan grande que tienes miedo al fracaso y a lo que dirán si fracasas, lo digo porque siempre le encuentras excusas a tus mismas ideas, eres tú mismo el que se sabotea, no ocupas que nadie te diga nada, tú mismo lo haces, ¡que cruel eres contigo mismo!

Recuerdo cuando eras niño, te confieso que eras mi héroe, pensaba que nada te detendría, que tendrías la misma colección de carritos que tenías, pero en la vida real; que serías el mejor beisbolista o el mejor abogado, que sé yo. En ese entonces ni sabías qué querías ser de grande, pero se notaba que querías ser grande, tenías muchos sueños y entre ellos estaba el que ayudarías a mucha gente.

No debería meterme en lo que no me importa, pero quiero que cumplas tus metas, me dolería verte viejo y amargado, frustrado por no haber tomado acción cuando eras joven, prefiero ver a un viejito trabajando por gusto, mas no por necesidad, creo que debes dejar de afinar la puntería y soltar la flecha, si fallas, vuelve a intentarlo, no pasa nada, aún estás joven para volverlo a intentar.

P.D.
Recuerda que la diferencia entre un soñador y un emprendedor está en la acción.

Juan Antonio Contreras